Hace unos días se me acercó una persona para preguntarme cómo podía suprimir sus pensamientos negativos y reemplazarlos por positivos. A lo que después de un instante respondí con una pregunta ¿Por qué quieres hacer eso?
Obvio – dijo la persona – para ser más feliz.
Ah caray, ¿pero quién te ha dicho a ti que esa es la forma de ser más feliz?
Y bueno, la conversación siguió y el “dónde” en realidad no importa, lo importante es que al parecer hay mucha gente por ahí que piensa que debe evitar todo pensamiento negativo que se atraviese en su mente, el único problema es que eso trae consigo algunos otros problemas jaja.
Verás, existe una paradoja psicológica que consiste en que aquello de lo que tratamos de alejarnos crece en nuestra mente. Por ejemplo, si te digo que evites pensar en un oso polar, ¿en qué fue lo primero en lo que pensaste? Y así con la vida, cuando tratas de no pensar en algo, más te enfocas en ese algo.
Otro problema es que no puedes, o sea sí puedes, pero creo que no deberías, evadirte de la realidad. Es como si te fuera a atropellar un coche y en lugar de moverte cerraras los ojos y pensaras que no te va a pasar nada… por cierto ¿sigues con el oso?
Uno más es que, dependiendo de tu trabajo o la situación particular que estés viviendo, necesitas pensar un poquito negativo. O mucho, si diseñas aviones, por favor me gustaría que pensaras en todas y cada una de las cosas que podrían salir mal y las arreglaras antes de construir el avión, ¡Gracias! 😀
Y bueno además de esto, tu cerebro ha evolucionado para detectar las amenazas y, aunque a veces exagera, esto hace que te andes fijando en todo lo que está mal para que puedas defenderte o huir (y más recientemente para arreglarlo 😉 ), ya sabes, para mantenerte vivo.
Por si fuera poco, hay investigaciones científicas que muestran que las personas que tratan de pensar siempre positivo (esto es, evadiendo los problemas en lugar de aceptarlos y ver cómo solucionarlos), tienden a entrar en desesperanza, tal vez porque se les acumulan o creen que no tienen control sobre nada en su vida.
Entonces, como te van a seguir llegando pensamientos negativos, si los niegas crecen más; no es tan conveniente evitarlos y algunos hasta te pueden salvar la vida. Olvídate de “tener” que pensar positivamente todo el tiempo, simplemente si es un problema acéptalo y enfócate en qué sí puedes hacer al respecto, y cuando te llegue un pensamiento negativo que no es problema, igual acéptalo (eres humano), evalúa si te sirve para algo y si es real o imaginario (no te hagas, luego creamos una de historias tipo: “y si..” o “es que seguro…”) y decide si lo desechas o te enfocas en él… por cierto ¿en qué anda el oso? 😉
Ah, y si estás pasando un día agridulce, pregúntate: ¿en 3 años, de qué me quiero acordar?