Hace un par de semanas iba manejando en la carretera cuando vi que dos estudiantes, que caminaban hacia una parada de autobús, levantaban una señalética que el aire había tirado; una particularmente importante ya que señalaba el inicio de una construcción y reducción de carriles más adelante.
Analizando la situación, me surgieron algunas preguntas: ¿Conocían a las personas a las que estaban ayudando? No creo, por lo menos yo no los conozco, y al ver la señal reduje mi velocidad. ¿Ganaban algo al levantar la señal? No se me ocurre nada y no creo que esperaran nada a cambio realmente, ni siquiera había alguien que les diera las gracias. ¿Qué pasaba por sus mentes? O ¿Realmente lo pensaron? No lo sé, no sé si consideraron que el aire podría volver a tirarla (o si esto hubiera influido su conducta), si fue un acto reflejo o “su buena obra del día”, pero lo que sí sé es lo que pasó en mí.
Hace un par de semanas escribí sobre las emociones positivas y hay una relacionada con la inspiración llamada elevation o elevación, que se refiere a experimentar una clara sensación de calidez y expansión que se acompaña de aprecio y afecto por la persona cuya conducta excepcional está siendo observada. Este sentimiento te motiva a abrirte, a afiliarte, a ayudar a los demás y sentirte optimista respecto a la humanidad.
¿Has notado en ti el cambio de estado de ánimo cuando recibes un acto de bondad o generosidad? ¿Notas ese mismo cambio o alguno parecido cuando ves que una persona realiza un acto de bondad o generosidad hacia alguien más? Tal vez sea sutil, como una ligera sonrisa, o sumamente notorio, como un sentimiento de tranquilidad que inunda tu cuerpo. Lo cierto es que cuando vi a estos dos estudiantes, no solo me sonreí y pensé “todavía existen buenas personas en el mundo”, sino que a partir de ahí, mi manejo fue más amable, el camino me pareció menos tedioso, de pronto el sol no era tan molesto y desapareció la pesadez del tráfico.
Hoy te invito a realizar un acto de bondad o generosidad al azar a un completo extraño, es más ¡hazlo sin extraño! Levanta una basura que veas tirada, pon la cadenita que se cayó en la fila, riega la planta de tu compañero que salió de vacaciones, regresa la silla fuera de lugar, detén el carrito del súper que está caminando solito… nunca sabes a cuánta gente puedes beneficiar y cuánta más se beneficiará de los actos de bondad generados por el sentimiento de elevación que causaste.