A todos nos pasan cosas buenas y malas, o positivas y negativas todo el tiempo. Y creo que vamos viviendo como se presenta la vida; claro que unos planean más que otros y cada quien interpreta los sucesos de manera diferente, pero digamos que ahí la llevas. Sin embargo, ¿has notado que algunas veces cuando tenemos un episodio negativo fuerte o prolongado, es decir, algún área de nuestra vida está mal o atravesamos una tragedia, eso automáticamente nubla todo lo demás?
De pronto todo es malo, todo es triste o fatalista, hasta los sabores son insípidos y cualquier broma resulta inapropiada. Esto puede darse simplemente porque nuestro estado de ánimo no es el indicado para ver lo bueno que sí tenemos, o por razones culturales “debemos” estar tristes o serios, porque eso es lo que se espera de nosotros.
Sin embargo, es importante recordarse que la vida continúa caminando y que está construida de distintas historias que se desarrollan a la par; algunas relacionadas entre sí y otras totalmente ajenas, donde lo único en común eres tú. Estas historias están formadas por un continuo de momentos y pequeños eventos que van formando una línea de tiempo, van creando el guion de tu vida. Y es importante poder disfrutar, celebrar los éxitos, sonreír y apreciar la belleza que sucede a nuestro alrededor aun en los tiempos malos. Estas emociones positivas no solo ayudarán (físicamente) a tu organismo, sino que te darán una perspectiva más amplia de las cosas, te protegerán de malas decisiones o impulsos negativos, además de contribuir a tu pronta recuperación.
No hablo de dejar de ver lo malo o de engañarte pintando la vida de color de rosa, hablo simplemente de aprender a separar las cosas. Porque un mal día no desaparece los parques, y sin embargo muchos nos encerramos en nosotros mismos; porque una broma en la oficina no tiene nada que ver con lo que pasa en tu casa, pero nos negamos el placer de reír como si eso ayudara a solucionar el problema; porque cuando alguien parte, no se lleva tu relación con los demás, aunque muchas veces tú los alejes; porque las sonrisas son gratis y aun así nos negamos a regalarlas; porque aunque el futuro parezca sombrío, el sol sigue saliendo y no podemos recuperar el pasado, pero siempre podemos aprovechar el presente.
Hoy te invito a reflexionar sobre lo bueno en tu vida, a disfrutar esas pequeñas cosas que das por sentado y a valorar a las personas a tu alrededor. Te invito a que, aun cuando algo vaya mal, no dejes que tu vida se convierta en un mar de lágrimas que inunda todo a tu alrededor. Hoy te invito a atreverte a cantar bajo la lluvia.