Ninguna empresa fue creada como un problema, sino como una oportunidad, posibilidad, visión o sueño. A pesar de esto, el modelo de desarrollo y mejora que comúnmente se utiliza está basado en encontrar lo peor que se hace, identificar las fallas del proceso y de las personas, analizar causas (y en muchos casos a los culpables) para después “generar” soluciones e implementarlas.
Sin embargo, este modelo de déficit reduce la energía del personal, la motivación y la buena voluntad… todas, cosas que en buena medida necesitamos para mejorar las organizaciones. Porque aun cuando algunas marcas parezcan tomar vida propia y las empresas desarrollen una reputación, lo cierto es que no son entes vivientes, y tampoco son sus edificios ni máquinas, al final son entidades creadas de personas. Y son estas personas las que hacen que las cosas pasen (o dejen de pasar).
El problema empieza a crecer cuando las juntas de trabajo se convierten en juntas para solucionar problemas, porque ese se convierte en el objetivo principal. Si bien te va, los asistentes a las juntas presentan las fallas y tratan de solucionarlas, en el peor de los casos las esconden para no llevarse la llamada de atención pública. Pero, ¿cuál es realmente tu objetivo?, ¿a dónde vas? y ¿cómo piensas llegar ahí? Porque todas estas preguntas no se responden buscando las piedras en tu andar, sino eligiendo la dirección adecuada.
Por eso hoy te invito a utilizar una estrategia diferente, a descubrir qué es lo que le da vida a tu empresa, lo mejor de ella; a soñar los resultados que quieres lograr, diseñar tu propio ideal y aprovechar lo bueno que ya haces para alcanzarlo. Porque cuando las personas hablan de sus éxitos, no solo participan activamente en conversaciones sobre lo que funciona, sino que generan confianza en que ellos mismos y su equipo son capaces de cumplir las expectativas, basados en su propia experiencia, no en las mejores prácticas de alguien más.
Además, este tipo de conversaciones, incrementa la participación y generación de ideas, crea una imagen positiva del futuro, que influencia nuestro comportamiento en el presente; nos ayuda a valorar y reconocer lo mejor de los demás y lo que nos rodea, reafirmando las fortalezas y potencial del equipo e incrementa el valor del mismo al generar creatividad, apreciación, motivación e inteligencia y compromiso.
Recuerda cuál es el objetivo, sueño, visión e ideal de tu empresa… y pregúntate cada día ¿cómo podemos utilizar lo que ya hacemos bien, para llegar ahí?