Seguramente has escuchado que la primera impresión jamás se olvida; lo que sí nos olvidamos es de generar buenas primeras impresiones, y no solo para nosotros mismos sino para los nuevos miembros de nuestras organizaciones.
Es común que cuando contratamos a un nuevo miembro del equipo le demos una bienvenida a la empresa, se le explique la historia, los distintitos productos, sus beneficios, responsabilidades y un montón de otra información que, si bien es valiosa, es solo información. Algunas empresas lo hacen con videos y presentaciones muy bien producidas, y en otras más a veces simplemente se le presenta su escritorio y se le desea suerte.
Sin embargo, este tipo de proceso de integración u “onboarding” como se le llama en inglés, tiene un defecto, y es que la persona no se está integrando a un ente superior llamado compañía, sino que se está integrando a un equipo de trabajo formado por personas.
De acuerdo a la Dra. Dutton del Centro para Organizaciones Positivas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan, los procesos de integración que están enfocados en desarrollar buenas relaciones entre los empleados aumentan la productividad del recién llegado y reducen la rotación laboral.
Esto se puede lograr de muchas maneras, entre ellas, puedes avisar con antelación al equipo la llegada del nuevo miembro, con su currículo, sus áreas de experiencia e intereses personales; presentarlo personalmente con todo el equipo, de forma que sepa quién hace qué y cómo pueden apoyarse, a quién dirigirse si tiene alguna pregunta o incluso dónde y a qué hora se reúnen a comer; y pidiéndole que comparta algo positivo sobre sí mismo, dándole la oportunidad de generar una buena primer impresión.
Esto funciona mejor si durante el proceso de reclutamiento tomas en cuenta tanto las habilidades y conocimientos como en que su personalidad encaje con tu cultura laboral, verificando qué tan energético, optimista, resiliente o proactivo es por ejemplo.
Cualquiera que sea la forma “estándar” de introducción de una nueva persona a tu organización, hoy te invito a intentar algo nuevo, a modificar el proceso para enfocarlo en las personas y lograr buenas relaciones entre el recién llegado y el equipo. Porque normalmente se entrega mucha información y se dedica poco tiempo a fomentar las relaciones, olvidándonos de que un equipo verdaderamente integrado es más efectivo y que las primeras impresiones jamás se olvidan.