¿Has notado cómo, si en un día te pasan cinco cosas positivas, cuatro neutrales y una negativa, de la que te acuerdas antes de acostarte es la negativa? Si lees regularmente mi blog, es probable que recuerdes el de Negative bias, donde básicamente explico por qué el cerebro es muy bueno aprendiéndose lo malo y muy malo para aprenderse lo bueno.
Para que una experiencia se incorpore en el tejido cerebral tiene que ser experimentada por lo menos durante doce segundos. Al “instalarla” en tu cerebro, este cambia su estructura física, lo que con cada nueva experiencia logrará un cambio en tu forma de pensar. Por ejemplo, en un estudio realizado a los taxistas de Londres, se descubrió que ellos tienen el área cerebral del hipocampo más desarrollado que el promedio; esto es porque en esa parte se localiza la memoria visual espacial y ellos deben aprenderse la ciudad de memoria para pasar su examen de certificación.
De acuerdo al neurocientífico Rick Hanson, existe un pequeño ejercicio que podemos realizar para lograr que las experiencias positivas se guarden en el tejido cerebral. Esto es muy importante ya que las fortalezas, determinación, amor, confianza y otras virtudes están en tu cerebro, y así como los taxistas de Londres desarrollan el hipocampo, tú puedes desarrollar una mente más positiva con estos tres sencillos pasos:
- Ten una buena experiencia. Así como un CD tiene grabadas las canciones, tu cerebro necesita grabar las experiencias buenas; cuando tengas una, guarda un pequeño recordatorio asegurándote de no olvidarla.
- Enriquece la experiencia. Ayuda a que se genere el estado mental, recuerda quién estaba, qué veías, qué escuchabas, a qué olía. Genera la experiencia más completa que puedas y déjala crecer en tu interior.
- Absórbela. Siente la experiencia en todo tu cuerpo, recuerda poner toda tu intención y sentimiento en que la experiencia se está grabando, esto va a sensibilizar a los sistemas de la memoria para que sean más eficientes y codifiquen la estructura cerebral.
Es importante que sientas la experiencia y no solo la recuerdes. Deja que ese sentimiento crezca dentro de ti y que dure por lo menos 12 segundos. Otra opción es que lo hagas intencionalmente cuando estés viviendo la experiencia, date permiso de tener emociones positivas y disfrútalas algunos segundos extra de lo que normalmente harías.
Así utilizas tu mente para cambiar tu cerebro, lo que cambiará tu mente. Ya sea gradualmente durante el día o en momentos particulares, estos 12 o 20 segundos estarán transformando tu cerebro, pedazo a pedazo, para ser capaz de ver y disfrutar de las cosas buenas.